viernes, 21 de diciembre de 2012

Holaa:)

Siento muchiiiiiiiiisimo no haber publicado nada de nada en todo este tiempo, pero no he tenido mucha inspiración y hace poco he estado muy liada con exámenes.He mirado algunos blogs aunque no he comentado pero me pasaré por todos para comentar
Lo primerísimo de todo es que estoy escribiendo una nueva entrada que intentaré hacer lo mejor posible y larga para recompensaros y lo segundo que me gustaría que visitarais un blog que tengo con una amiga que se llama Dos estrellas resplandecientes, tiene varios capítulos y me gustaría de verdad que os pasarais y dejarais vuestra opinión. unagotadefresa.blogspot.com.es
Un beso, y os prometo una entrada nueva estas navidadees:)

sábado, 2 de junio de 2012

Hola hola:)

Bueno, el siguiente capítulo aún no está listo pero quería escribir una entrada, para deciros que ya tengo 45 seguidoras:) Aunque solo comenten tres o cuatro personas espero que las demás al menos lean la historia!
Y bueno también deciros que me gustaría que me recomendarais algunos blogs que os gusten, me da igual que tengan un montón de capitulos, pero si os gustan o si es el propio vuestro y aún no me he pasado me gustaría que me pusierais un comentario con el blogs o los blogs recomendados y al menos una línea diciendome que os parece mi historia. Os lo agradecería mucho :)
Besos, Andrea♥

viernes, 4 de mayo de 2012

Capitulo 15: Sexto día. Noche.

Cuando entro a la habitación ya están en ella Diana, Teresa y Cristina. Cristina se está duchando, Diana ya se ha duchado y solo faltamos Teresa y yo.
-Hola-saludo.
-Hola, hola, hola-saluda Teresa mientras va hacia mis brazos abiertos.
La cojo y la doy un beso.
-¿Qué tal mi vida?-la pregunto mientras me siento en la cama y la pongo en mis rodillas.
-Bien.Pero ya no soy tu vida, hoy no te he visto, y ahora no soy tu vida, ahora tu vida es Javier.
Me quedo estupefacta. Diana se rie, y Cristina que ya ha salido de la ducha se rie desde el baño.
-Pobre Teresita, se siente respaldada...-dice Cristina riéndose desde el baño.
Miro a Teresa con cariño.
-Pero eso no es verdad, tu siempre has sido y serás mi vida y mi mayor tesoro, ni Javier ni ningún chico te va a sustituir, pero ahora estamos en vacaciones y con él solo voy a estar estos veinte días, contigo estoy siempre que me necesites.-La doy un beso en la mejilla.
-Si no me importa, Javier es muy bueno contigo y es muy guapo.
Me rio, y Diana y Cristina también.
-Bueno, pero recuerda que tu siempre eres y serás mi tesoro.-la digo y después me la como a besos.
-¡Ay!¡Para, para!-me dice intentando librarse de mis besos.
Al final dejo de darla besos.
-Vale, primero me ducho yo y luego te ducho a ti,¿vale?-la digo.
-Vale, yo voy a ver la tele.
-Vale. Diana, ponla algo que la guste.-la digo a Diana.
-Vale.-me dice mientras enciende la tele.
Entro en el baño con mi neceser. Cristina está arreglandose. Cierro la puerta y enciendo la ducha para que se vaya calentando el agua.
-Bueno...¿Y que has echo esta tarde? No se te ha visto el pelo.-me dice Cristina.
Me meto en la ducha.
-Pues he estado con Javier.
-¿Toda la tarde?
-Sí.
-¿Y que habeis hecho?
 La cuento todo mientras me ducho. Cuando salgo se lo sigo contando y cuando termino me pongo una toalla en el pelo, y otra en el cuerpo y salgo a elegir algo para ir a cenar.
-Vamos, que no te ha desvirgado porque os ha interrumpido su padre-salta Cristina mientras sale también a elegir su ropa.
-Chhsstt-la digo llevandome el dedo indice a los labios y fulminandola con la mirada.
-¿Qué es desvirgar?-pregunta Teresa.
Diana nos mira perpleja y se mete al baño a arreglarse.
-Mmm...a ver...-miro a Cristina que se desentiende mirando en el armario donde está la ropa que ha traído.-Pues...es una cosa de mayores, pero te lo cuento si me prometes que no le vas a decir nada a nadie.
-¿Y a papá y a mamá les puedo decir algo?-pregunta inocente.
-A papá y mamá menos, a nadie.
-Valeee...¿Y que es?
-Pues es una cosa que hacen los mayores en la cama y se divierten mucho...y...
-¿Saltan en la cama?
Contengo una risa, al igual que Cristina.
-Sí, algo así, parecido a saltar en la cama.
-¡Que guay, yo ya quiero desvirgar!-dice.
-¡No!-grito-No lo puedes decir, y es una cosa que solo pueden hacer los mayores, hasta que no seas tan mayor como yo o Cristina no puedes hacerlo y no puedes hablar de ello, ¿vale?
-Vale...Prometo que no voy a decirlo.
-Muy bien-la doy un beso.-Y ahora venga, a ducharte.
La llevo al baño y se quita la ropa. Abro el grifo para que salga agua caliente, y la meto en la bañera. La echo agua en el cuerpo y la froto con una esponja para quitarla toda la arena del cuerpo.
-¡Ay! Para-me dice con cara molesta.
-¿Cómo que pare? Pero si tienes más arena en tu cuerpo que la que hay en la playa-la digo riéndome.
Me mira con cara de enfadada y yo sonrío más. La sigo frotando el cuerpo, hasta que queda sin arena, o al menos eso parece, y luego paso al pelo. El pelo está enredado y tiene también arena. La echo bastante agua mientras la froto por la cabeza con los dedos para quitar la arena, luego la echo el champú y mientras tiene el champú se lo desenredo poco a poco con un peine. Cuando termino la aclaro el champú, la saco y la cubro con una toalla entera, la cojo y la llevo a la habitación mientras se rie, luego la tiro en la cama y se rie más.
-Quero el vetidito rojo.-dice cuando se quita la toalla.
-¿El de las flores?-la pregunto.
-Siiiiii.
-Vale-la sonrío.
Cojo un vestido blanco que tiene flores rojas estampadas, y tiene el cuello, el bajo y la hombrera en rojos, y un lazo rojo en la cintura. Es un vestido precioso, que es muy suelto, y perfecto para verano. Se lo pongo y luego la pongo otra vez a ver los dibujos mientras se la seca el pelo. Mientras yo me cambio. Me quito el pijama que me había puesto mientras duchaba a Teresa. Miro en el armario. Decido coger un vestido que es también muy suelto y lleva un cinturón marrón en la cintura, me llega por encima de la rodilla, lo justo para taparme, sin que se me pueda ver absolutamente nada. Decido ponerme las cuñas marrones de Cristina ya que con este vestido me quedan genial.
-Me pongo tus cuñas-la digo a Cristina.
-Ya veo.-me dice.
Las dos vamos al baño a arreglarnos: ponernos maquillaje y peinarnos. Ambas nos hacemos un moño para maquillarnos. Me pongo raya negra por dentro del ojo y rimel negro. Cristina se pone raya negra por dentro del ojo y también raya negra líquida por el párpado y luego se echa una buena capa de rimel. Se echa un brillo de labios rosa.
-¿Sabes? Solo vamos a cenar-la digo.
-También voy a ver a Daniel.-me dice.
-Yo también voy a ver a Javier.
-Ya, pero es porque no quieres sacarte partido.
-A lo mejor lo estoy reservando para otro día.
Se me queda mirando. Ambas sonreimos.
-¿Quieres algún peinado especial tambien?- la pregunto.
-No, el pelo suelto y natural, es nuestra mejor arma.-me guiña el ojo y nos reimos.
Y cuanta razón tiene, Cristina tiene el pelo por el pecho, pero yo le tengo casi por el ombligo. Nuestro color es rubio dorado, liso, aunque aquí se nos ha ondulado un poco por la humedas y la playa. Yo tengo la raya a un lado y algunas capas largas por delante, la más corta, que está en ambos lados, me llega unos centímetros por debajo de la barbilla. Cristina tiene la raya en medio y practicamente tiene el pelo recto. Nos quitamos los moños, nos peinamos el pelo y ya estamos listas. Diana también esta lista. Lleva una falda y una camiseta básica. El pelo también se lo ha dejado suelto y se ha puesto un poco de raya y rimel. De zapatos lleva unas sandalias planas.
-Alaaaa, que guapas-dice Teresa.
-Como tú.-la dice Cristina.
Teresa sonríe. Como tiene ya practicamente el pelo seco, la peino otra vez su pelo rubio que la llega ya por los hombros, la recojo la parte de alante y la pongo una lazo rojo.
Como son ya las nueve, bajamos a cenar, y nos encontramos con mis padres y Clara en el comedor. Vamos todas las hermanas a coger la comida y mis padres se quedan esperando. Llevo de la mano a mi hermana. La suelto para coger una patatas fritas para mi y un filete de pollo. Cuando me voy a dar la vuelta alguien me abraza por detras y me da un beso en la mejilla. Javier. Huele a Javier. Me giro con una gran sonrisa. Le doy un beso en la boca.
-Hola-me dice con una gran sonrisa.
-Hola-mi sonrisa no puede ser más grande.
-Veo que tienes hambre.-me dice mirando al plato.
Hay patatas fritas por todo el plato, y luego un filete. Me rio.
-Solo tengo hambre de tus besos.-le digo.-Pero como mi estómago sigue rugiendo cuando me besas, creo que me tengo que alimentar de comida normal, ya sabes.
Sonreimos y me da otro beso más largo. Teresa se mete entre los dos.
-Ainoa, quiero lo mismo que tú.-dice con cara de enfadada.
Reprimo la risa.
-Vale,¿puedes decirle a Cristina o a Diana que te lo coja?-la digo sonriendo.
Me mira enfadada.
-Vale.-se va hacia Cristina.
-Esta celosa.-le digo a Javier.
El se rie.
-¿De mi?
-Sí.
-Yo soy el que está celoso de ella, la quieres muchísimo, y estás siempre con ella, incluso duermes con ella.
-Me siento alagada. Aunque no quiero que os peleis por mi.
-Estoy seguro de que me ganaría.
-Sí, no lo dudo.
Nos reimos y compartimos un último beso antes de que me vaya a mi mesa.Me siento en la mesa. Diana ya ha llegado y mis padres se han ido a por la comida. Cristina y Teresa llegan en seguida y mis padres unos minutos después. A mi lado están Teresa y Diana. Al lado de Diana Cristina, luego Clara, luego mi padre y luego mi madre, que está al lado de Teresa. Todos empezamos a comer. Mis padres no me preguntan sobre que he estado haciendo esta tarde, comentan cosas sobre la playa, el tiempo etc. De postre tomo helado de vainilla y Teresa uno de chocolate. Cuando nos hemos acabado el helado, viene la animadora del hotel vestida de payaso. Va por todo el comedor llevándose a los niños que ya han acabado de cenar al salón donde se hace los juegos por la noche.Viene a nuestra mesa y coge a Clara, va a coger a Teresa pero me coge de la mano, así que me levanto y voy con ella, porque se que aunque quiere ir, no va a ir sola. Vamos al salón y pone música para que bailen los niños con unos bailes que hace ella. Yo me pongo a bailar con Clara y Teresa. En diez minutos vienen mis padres, Cristina y Diana. Mis padres se ponen en una mesa, y como Diana se pone a bailar con Teresa y Clara, yo me siento con Cristina en otra mesa.
-¿Has visto a Daniel?-la pregunto.
-Aún no, pero supongo que vendrá aquí, tiene un hermano más pequeño.
-Yo ya le he visto.
-Ya lo sé, os habéis estado besuqueando en el comedor.
-¿Envidia?
-Ninguna.
Me rio. Al cabo de cuarto de hora, aparece Daniel. Cristina me da un beso en la mejilla y se va con él. Me quedo sola mirando a Diana, Clara y Teresa. Viene Amanda y se sienta conmigo.
-Hola fea-me saluda.
-Hola.
-¿Que tal?
-Bien ¿tu?
-Bien...¿y tu hermana?
-Se ha ido con Daniel hace unos minutos.
-¡Que morro!
-Ya...
-Bueno, tú tampoco te puedes quejar, mírame a mi, estoy solísima, soy hija única, comparto habitación con mis padres y no he encontrado a ningún chico.
-Bueno...tampoco hay muchos...pero lo mismo antes de que te vayas viene uno que te guste y surge algo.
-Ojala.
Seguimos hablando hasta que vienen Eva, Mercedes y Oscar. Amanda y yo miramos mal a Mercedes. La única razón por la que está con nosotros es porque su hermano es muy majo, y ella viene con él, como un pack.
-Hola-saludamos.
Se sientan con nosotros. Hablamos de lo que hemos echo hoy, y de posibles planes todos juntos mientras que sigamos aquí. Al rato viene Javier. Estoy tan ensimismada en la conversación que no me doy cuenta de que a venido hasta que lo tengo delante de mi. Me da un beso.
-Hola-sonrío instantáneamente.
-Hola. No me habías visto.
-No, estaba metida en la conversación de lleno.
Sonreimos.
-¿Me haces un hueco?-me dice.
Me levanto del sillón, el se sienta y yo me siento al lado, aunque tengo medio culo en su pierna. Nos cogemos de las manos.
-¿Alguna idea de plan todos juntos?-dice Amanda.
Nadie dice nada. Javier y yo estamos mirándonos. Amanda nos pasa la mano por en medio de nuestras caras.
-¿Hola?¿Algún plan queridos?-pregunta mirándonos.
-Podríamos fumar cachimba.-responde Javier.
-No tenemos-digo yo.
-Yo sí, tengo una con unos amigos, pero ellos no están aquí, y la guardo yo.
-¿Y dónde?-pregunta Mercedes.
-Podemos ir a mi casa, está en primera línea de playa y se puede ir andando, más o menos se tarda media hora o un poco más. Está un poco alejada de la ciudad.
-¿Y cuándo?-pregunta Eva.
-Podríamos ir pasado mañana. Mis padres se van de viaje de negocios y os podríais quedar a dormir.
-Eso sería genial-digo.-¿Compraremos alcohol?
-Sobró una botella de vodka creo, pero deberíamos comprar algo más-dice Amanda.
-Yo también lo creo-digo.-¿Un par de botellas más?
-¿Solo un par?-me pregunta Amanda.
-Eso para nosotras dos-respondo.
Nos reimos.
-Podríamos comprar un botella para cada dos, la noche es muy larga-dice Mercedes.
-Me parece bien.¡Yo comparto con Amanda!-exclamo.
-¡Yo con Ainoa!-exclama Amanda.
Nos volvemos a reir.
Seguimos planeando como será hasta que se hacen las once. Mis padres se acercan a nuestra mesa con Clara, Teresa y Diana.
-Nos vamos ya.-dice mi madre.
-Voy en diez minutos-la digo.
-Quiero que me acuestes tú.-me dice Teresa.
-Claro princesa, ¿te vas poniendo el pijama?-la digo.
Ella asiente. La doy un beso. Veo como se alejan.
-Bueno...yo ya me voy.-digo.
-Te acompaño-dice Javier.
Sonrío. La doy dos besos a Amanda y un abrazo, otros dos besos a Eva, dos besos a Óscar y cuando estoy en frente de Mercedes, me decido y la doy también dos besos.
-Buenas noches-decimos Javier y yo.
Vamos andando por la sala de baile cuando nos intercepta la animadora. Me mira sin prestar atención a Javier.
-¿Te apetece ser mi Olivia?-me pregunta sonriendo.
-¿Qué?-pongo cara de no entender nada.
-Mañana por la noche vamos a representar Grease, con huéspedes del hotel.Y quiero que participes.¿Olivia   Newton te viene bien?
-¡Oh dios! ¿Un musical de Grease?-exclamo-¡Me encanta Grease!
-¿Entonces aceptas?
-Amm...-miro a Javier que sonríe.-Solo si tú eres John.
-Perfecto, ya tenemos la parejita, mañana ensayamos por la tarde, os espero a las cuatro aquí.-se va.
Miro a Javier sonriente.
-¿No es genial?-le pregunto mientras andamos hacia los ascensores.
-No me puedo creer que vaya a hacer este musical, voy a participar en él.
-Lo sé, es genial.
-No, odio actuar.
Se me congela la sonrisa.
-Oh...amm...yo...lo siento...tenía que haberte consultado pero...me hace mucha ilusión y pensaba que...bueno...no sé...-balbuceo.
-Por ti hago lo que sea-me dice.
Nos besamos. Mi sonrisa vuelve a ser enorme. Subimos en el ascensor. Nos besamos durante todo el trayecto. Salimos a mi planta. Nos damos besos cortos mientras que vamos hasta mi habitación. Llegamos a mi puerta.
-Tengo hambre-le digo.Me besa.-Sigo teniendo hambre.-Me vuelve a besar una y otra vez.-No me has saciado, pero tengo que acostar a mi hermana.
Sonrío.
-Ahora si que tengo envidia.-me dice.
Me rio. Llamo a la puerta. Compartimos un último beso. Abre Teresa.
-Hola-saluda.
-Hola peque-dice Javier.
Se vuelve dentro de la habitación y deja la puerta abierta. Nos reimos.
-Nos vemos mañana-me susurra.
-Sí...
Tenemos las manos entrelazadas. Le doy otro beso.
-Mañana...-me susurra.
Le suelto las manos.
-Mañana.-afirmo.
Me doy la vuelta.
-Te quiero-me susurra en el oído.
-Yo también.
Entro de espaldas en la habitación mirándole y sonriendo. Cierro la puerta. Voy hacia donde están las camas.
-Ya te has puesto el pijama-la digo a Teresa.
-Claro.-me dice.
-Me pongo el mio, me lavo los dientes y te acuesto¿vale?
-Vale.
Cojo mi pijama. La camiseta es una básica de hombreras rosas y los pantalones cortos son blancos con fresitas estampadas. Voy al baño. Me quito las cuñas y el vestido. Me quito también el sujetador y me pongo el pijama. Odio dormir con sujetador, me resulta incomodísimo. Me hago una coleta alta aunque luego veo el chupetón de Javier y me suelto el pelo, me quito el maquillaje y me lavo los dientes.
Voy hacia la cama de Teresa, Diana está en la cama de al lado, yo me pongo en la mía, que está al otro lado de la de Teresa, y solo queda la cama vacía de Cristina que está a mi lado.
-Son las once y media-comento.
Diana asiente. Sabe perfectamente lo que quiero decir con ese comentario: Cristina aún no ha llegado.
-Supongo que se estará divirtiendo-dice Diana.
-Sí...-miro mi móvil. Ninguna llamada.-Bueno peque...tú a dormir.
Está cansada, se la nota porque se frota los ojos. Se tumba en la cama. La aparto el pelo de la cara y la arropo.
-Buenas noche, y sueña con los angelitos-la doy un beso en la frente. Dejamos la luz de la mesilla que hay al lado de la cama de Cristina encendida, aunque con lo cansada que está Teresa, se dormiría con todas las luces encendidas.
Diana se pone a mi lado en mi cama. La aparto también el pelo de la cara. Me doy cuenta de que no me he preocupado por ella desde que llegamos.
-¿Qué tal?-la pregunto.
-Bien...¿Me haces una trenza?
-¿De raiz?
Asiente. Se pone delante de mi y yo me siento en las almohadas para estar más alta. Comienzo a hacerla la trenza.
-¿Que tal con Javier?-me pregunta.
-Muy bien-sonrío.-¿Y tú con su hermano? Parece que te gustaba.
-Sí...está muy bueno, pero es un tanto idiota.
-¿Y eso?
-Es un chulo putas. Se cree el mejor y es de los que está bueno y lo saben, por lo que se lo cree, por lo que se comporta como un idiota.
-Entonces no ha salido a su hermano.
-No.
-Sinceramente, puede estar muy bueno, pero si es así no te merece la pena.
-Ya...
-Pero te gusta, lo sé, a todas las chicas nos gusta alguna vez un cabrón como él.
-Sí...y...bueno...nos hemos liado.
-¿En serio?
-Sí, ayer por la tarde noche, antes de cenar.
-¿Y qué tal fue?
-Genial.
-Me lo imaginaba.
Nos reimos.
-Pero no me ha vuelto a dirigir la palabra.
-¿Le has visto?
-Sí, hoy le he visto al menos diez veces, pero no de solo verle yo, el se me quedaba mirando todas las veces y aunque estuvieramos a medio metro no decía nada. Y cuando yo iba a saludar o ha decir algo, desviaba la mirada y se iba para otro lado. Y cuando nos liamos, me dijo que le gustaba, y que yo no iba a ser un lio cualquiera, pero es obvio que no es así porque ya no me habla.
-A lo mejor si que le gustas.
-¿Y por qué no me habla?
-Porque los chicos tienen mucho orgullo y aunque les guste una chica no quieren reconocerlo, y él es el típica cabrón que va de chica en chica, si le gusta una chica es un poco chocante.¿No?
-Ya...pero ahora soy yo la que me jodo y me aguanto por cuestión de orgullo.
-Mañana cuando le veas plantate delante de él y saludale y dile algo como tenemos que hablar o algo así a ver si te dice algo o no.
-Vale.
Pongo la goma en el final de la trenza.
-Los chicos son idiotas¿sabes?-la digo.
-Lo sé, pero hay algunos que no.-se da la vuelta y me mira.
-Quien sabe, hemos estado menos de cinco días juntos.
-Y cada uno le estais disfrutando al máximo. Estoy segura de que ahora mismo piensas en él, en sus besos y en que querrías estar con él.
Me quedo mirándola. Me ha pillado.
-A ti no te puedo mentir.
-No.
-Esta tarde a sido genial, hemos dormido juntos y yo le he dicho que se dormía muy bien con él y el me ha dicho que puedo ir cuando quiera.
-¿Y porque no vas?
-Porque...bueno...es demasiado ¿no?
-Yo creo que no. Tienes esa mirada perdida, ese brillo en los ojos y esa sonrisa que te ocupa toda la cara. Te has enamorado.
-No puedo haberme enamorado tan rápido.
-Pues yo creo que sí y estás genial. Feliz.
En ese momento se abre la puerta y entra Cristina. Miro el reloj y son casi las doce y media. Teresa está durmiendo profundamente.
-Hola-susurra ya que ha visto que Teresa está dormida. Se quita los zapatos y el vestido.
-¿Donde has estado?-la pregunto.
-En la playa, con Daniel.
-¿En la playa?
-Sí. ha sido super bonito.
Se pone el pijama. Va al baño y se lava el maquillaje y los dientes. Sale con un moño alto y pocho.
-Hemos estado en la playa dandonos besos, abrazados y de todo...ha sido genial.
-Me alegro. ¿Nos dormimos?
Diana y Cristina asienten. Diana se va a su cama y Cristina se mete en la suya. Ambas se quedan dormidas al cuarto de hora, pero yo no dejo de pensar en Javier. A la una y media y después de dar muchas vueltas salgo de la cama con mucho cuidado y con el movil en la mano para alumbrar. Dejo una nota en la mesilla de Diana: No es demasiado. Ella sabrá interpretarlo perfectamente. Me pongo las chanclas y salgo en pijama de la habitación. Cojo un ascensor y subo a la último planta. Me pongo en frente de la habitación de Javier y después de un minuto de duda, doy dos golpes suaves a la puerta.Espero un minuto y vuelvo a dar dos golpes. Otro minuto. Supongo que estará dormido. Al fin y al cabo es la una y media de la mañana. Entonces abre la puerta y aparece Javier con unos boxers negros de Calvin Klein.
-Lo siento.-es lo único que se me ocurre decir.-No podía dormir.
Nos quedamos mirándonos.
-Yo tampoco, te echo de menos, me falta algo en la cama.-me coge de la mano y me mete en la habitación tirando de mi.
Cierra la puerta. Comenzamos a besarnos mientras que vamos hacia la cama. Dejo mi móvil en una mesilla. Me arrastra hasta la cama mientras nos besamos. Me caigo a la cama y él encima de mi. Me sigue besando. Yo toco su espalda morena. Es suave y fuerte. Y me encanta. Me besa por el cuello y va bajando y luego sube otra vez hasta mi boca. Se quita de encima de mi y se pone a mi lado pero en seguida se vuelve a pgar a mi y nos volvemos a besar. Estamos en frente. Yo encojo un brazo y el otro le pongo alrededor de Javier, y él pone sus brazos alrededor mio. Nos seguimos besando hasta que decido apoyar la cabeza en su pecho y seguir con los besos mañana por la mañana ya que ambos necesitamos dormir. Tengo la cara pegada a su cuello. Aspiro su olor. Suspiro. El me acaricia el pelo con una mano.
-Te quiero-digo.
-Yo también.-me dice.
Me sigue acariciando el pelo hasta que los dos nos dormimos profundamente con las respiraciones coordinadas. Eso noche mis sueños le pertenecen a él. En mi sueño o estamos abrazados o besándonos, siempre juntos, con nuestros cuerpos pegados.

jueves, 23 de febrero de 2012

Capitulo 14:Sexto día.Tarde.

Después de ese sueño horrible que había tenido estaba aún más cansada que cuando me dormí. Después de media hora, Javier se fue, ya que tenía que comer con su familia, al igual que yo. Cristina, Diana y Teresa aparecieron a las dos para dejar las cosas de la playa y de la piscina y bajar a comer. Cristina y yo nos aplicamos una capa de maquillaje para tapar las ojeras.
-Yo quedo pintad-nos dice Teresa cuando entra al baño.
-¿Te quieres pintar, princesa?-la pregunta agachandome hasta quedar a su altura.
-Siiiiiii-dice Teresa asintiendo muchas veces con la cabeza.
-Pero peque...
-Pofiiis, pofiiis, pofiiis, pofiiis, pofiiis...
-Vale, vale.
-Bieeeeeen-grita mientras salta y da palmadas.
Cristina y yo nos reimos. La ponemos un poco de brillo de labios rosa brillante y un poquito de colorete rosa.
-¡Pero mira que guapa!¡Pareces una princesita!-exclamo con una sonrisa.
-Habeeer, habeeer, habeeer-nos pide saltando.
La levantamos y la ponemos frente al espejo.
-Estoy guapa, guapa, guapa.-dice sonriendo.
-¡Claro que si!-exclama Cristina.
Nos reimos y bajamos a comer. Cuando salimos de la habitación, también sale Amaya de la suya.
-¡Ey guapa!-digo mientras la doy en el culo.
Se sobresalta, se rie y se da la vuelta hacia nosotras.
-¡Haber si nos tapamos mejor las ojeras, que se ven a distancia!-dice.
Nos reimos.
-Yo no me he pasado toda la mañana durmiendo como otras, que se te ve la cara de recien levanta-la digo mientras llamamos al ascensor.
Nos volvemos a reir.
-Miiira que guapaa vooy.-dice Teresa mientras se pone delante de nosotras y la enseña como la hemos pintado a Amaya.
-¡Pero dios mio!¡no me lo puedo creer!-exclama Amaya.-¡¿Pero como puedes ser tan guapa?!
-Noa me a pintado.-la dice. Noa es como ella me llama ya que antes no conseguia decir mi nombre entero así que para ella me quedé con Noa.
-¿Noa?-Amaya se ríe.
-Siiii.
-Pues te ha dejado guapisima.
-Ya.
Nos reimos todas y bajamos al comedor. Cuando llegamos a la puerta del comedor, Amaya se va a sentar con su familia y nosotras con la nuestra.
Vemos a mis padres y a Clara sentados en una mesa redonda con siete sillas. Les damos un beso a cada uno en la mejilla y nos vamos a por al comida.
Cojo un plato hondo. No me decido entre si cojer paella o cojer ensalada de pasta. Al final decido paella, ya que no me apetece comer sano en vacaciones.
-Buena elección.-oigo que me dice Javier al oido.
Me sobresalto y casi se me cae el plato al suelo.
-¡Dios!¡Casi se me cae el plato!-exclamo.
-Lo siento, lo siento.-dice reprimiendo la risa.
-¡No te rias!-le digo.
Se me escapa una carcajada al ver su expresión.
-Vente a las tres a la habitación 1000.-me susurra al oido.
-¿Eh?-le digo, pero ya se va hacia la mesa en la que está comiendo.
Vuelvo a mi mesa pensativa, pero cambio mi expresión para que mis padres no pregunten.
-¿Qué tal os lo pasasteis ayer?-pregunta mi madre.
-Muy bien.-respondemos Cristina y yo a la vez.
-¿Qué tal dormisteis?-pregunta mi padre.
Cristina y yo nos miramos a la vez. Reprimimos la risa.
-Bueno...-contesto yo.
-Todo lo bien que se puede dormir en una tienda de campaña.-contesta Cristina.
-Ya claro.-dice mi padre dejando pasar el tema.
-¡Que rica está la paella!-comenta Diana.
-Siii, rica rica.-dice Teresa.
-A mi no me gusta, tiene pimiento.-dice Clara.
-Pues apártalo.-la dice mi madre.
-Es que hay mucho.- protesta Clara gimoteando.
-Bueno, cometelo.
-No quiero, no me gusta.
-He dicho que te lo comas, Clara, no hay tanto.
-¡No quiero!-chilla-No me gusta.-gimotea.
-Clara...-la digo.
-No quiero, no me gusta, no me gusta, no quiero.-se pone a gritar.
-¡Clara!-grita mi madre.-¡Ya basta!
-¡No griteis!¡Parad ya!-esclama mi padre.
- ¡No me mandes callar!-exclama mi madre.
Cristina y yo nos miramos. Ambas tenemos el mismo pensamiento: algo pasó ayer.
-Voy a por el segundo plato.-digo.
-Yo también.-dice Cristina.
-Venga, Teresa y Clara, vamos a por el segundo plato.-digo mientras me levanto.
-Yo también voy, he acabado.-dice Diana.
Cojo en brazos a Teresa y vamos a por el segundo plato. Todas cogemos un filete y unas patatas. Cuando volvemos a la mesa mis padres no están. Cristina, Dian y yo nos miramos.
-¿Y papi y mami?-pregunta Teresa.
-No lo sé, ahora vendrán. Venga, vamos a comer-digo.
Nos sentamos y nos terminamos el segundo plato. Después vamos a por el postre y cogemos un helado para cada una. Mis padres no aparecen en la comida, asique decidimos irnos a mi habitación todas. Cuando llegamos son las tres menos cuarto. Se tumban todas en las camas y Clara se tumba en la mia. Cuando están dormidas me subo a la habitación 1000 donde Javier me a dicho que fuera. La he dejado a Cristina a cargo de todas, y hemos decidido que luego hablamos sobre lo de nuestros padres.
La habitación 1000, está en el último piso del hotel, y es la última llendo por el pasillo de la derecha. Miro el reloj y son las tres y veinte. Estoy enfrente de la puerta. Me doy cuenta de que me sudan las manos y que algunos de mis dedos tiemblan. GENIAL. Me seco las manos en el culo del pantalón corto y, después de respirar hondo como que diez veces llamo con los nudillos. Respiro hondo otra vez. Se abre la puerta y aparece Javier con la ropa que llevaba en la comida. Bien, al menos no soy la única que se ha quedado con la ropa que estaba y que no se a arreglado. Aunque...arreglado ¿para que?. Vale, si...me tendría que haber arreglado un poco.
Javier me impide la vista de la habitación.
-Hola-saludo con un sonrisa.
-Has llegado tarde.-me reprocha sonriente.
-Sí, es que tenía que acostar a Teresa y a Clara y Teresa no se dormía ni a tiros y....-me calla con un beso.-Vale.
Se rie.
-¿Preparada para entrar?-me pregunta.
Le miro fijamente a los ojos. Esos ojos verdes, que desde el momento en que los vi por primera vez me enloquecieron. Le beso.
-Prepara...-me besa otra vez.
Entramos besándonos en la habitación. Vamos abriendo la boca poco a poco y nuestras lenguas realizan un baile perfecto. Javier se separa un poco de mi riendo.
-¿No quieres ver la habitación?-me pregunta.
Aún sigo con los brazos alrededor de su cuello y con los ojos cerrados. Suspiro. Abro los ojos y le miro a la cara. Bajo los brazos de su cuello y le cojo la mano.
-Vale.-respondo.
Miro por primera vez la habitación. Creo que mi boca y mis ojos se han abierto de par en par, porque Javier está intentando contener la risa. Le clavo las uñas en la mano que le tengo cogida. Cierro la boca pero los ojos no consigo que se vuelvan como antes. La habitación es enorme. Hemos dejado atrás el baño que a trvés de la puerta que está abierta de par en par, puedo ver que hay un jacuzzi no muy grande, como para dos persona. En el centro de la gran habitación hay una cama de matrimonio enorme, con sábanas blancas, con algunos adornos en los bordes con hilo dorado. En frente de la cama hay una televisión de pantalla plana bastante grande. La televisión está apoyada en el mismo mueble que tenemos nosotras, solo que en un lado hay como una nevera. La demás decoración es parecida a la que hay en nuestra habitación. Voy a ver como es su terraza cuando me tapa los ojos con sus una de sus manos, ya que la otra se la tengo agarrada fuertemente.
-No tengas miedo, yo te indico por donde vamos.-me dice al oido.
Asiento y me pego a su cuerpo. Me da indicaciones, hasta que siento una suave brisa. Hemos salido a la terraza. Entonces me quita la mano. Abro los ojos y lo primero que veo es el radiante sol que hay enfrente mio. Cuando em acomtumbro a la luz radiante del sol, veo un primer plano de la playa, y del mar, desde mi ventana se ve más pequeño y no hay una vista tan impresionante. El mar está en calma, y mecido por la suave brissa que forma algunas olitas diminutas que o desaparecen cuando llegan a la playa o que rompen en el acantilado que se ve a la izquierda donde me llevó una vez. A la derecha se ve también el puerto, pero es más pequeño, ya que está algo lejos.
-¿Y bien?-la voz de Javier en mi oido me sobresalta ligeramente. Me había quedado tan absorta en el paisaje que no me e dado cuenta de que estaba pegado a mi con sus brazos rodeandome el cuerpo. Aún sigue mi mano aferrando la suya. Me giro y le miro.
-Es genial.-es lo único que puedo decir.
Me quedo embobada mirando sus preciosos ojos verdes que ahora brillan, al igual que los mios. Nuestras sonrisas más radiantes se funden en un beso. Volvemos a entrar en la habitación besándonos. Cuando llegamos a la cama ambos caemos en ella besándonos. Él está encima de mi. Le quito la camiseta y veo sus abdominales bien marcados. Los recorro con los dedos mientras le beso. Él me quita la camiseta y me quedo con mi bikini de rayas blancas y azules, que tienen un lazo de la misma textura en medio. Se quita los pantalones y yo me deshago de los mios cortos. Ambos estamos en bañador con nuestros cuerpos rozándose. Me besa el cuello y dejo escapar un gemido de satisfacción. Va bajando y me besa el pecho, sin quitarme el bikini, y recorre mi tripa dejando varios besos. Deposita un beso debajo de hombligo y roza las bragas de mi bikini.Suelto una carcajada. Le beso apasionadamente. Me aprieto más contra él. Le beso en el cuello y sin querer le muerdo. El suelta un gemido de dolor. Me rio. Le beso la parte donde le he mordido. Le vuelvo a besar en los labios y me muerde el labio. Suelto una carcajada. Le clavo las uñas en la espalda y le araño. Suelta un gritito.
-Eso duele-me susurra.
-Mi labio está sangrando-le digo.
Me chupa la gotita de sangre que se me había formado en donde me había mordido. Me rio y nos volvemos a besar. Me vuelve a morder en labio justo donde me había mordido antes. Deslizo mis labios hasta su cuello y le beso donde le había mordido antes, para luego volver a morderle. Ambos nos reimos. Me pone debajo de él y nos volvemos a besar.
De repente oimos un carraspeo. Javier se quita de encima mio y ambos nos sobresaltamos. Vemos que su padre está en frente nuestro. Javier se levanta. Yo estoy paralizada.
-Íbamos a ir ahora al jacuzzi-dice Javier.
-Claro. Por eso estais en bikini.-dice su padre.
-Sí.-afirma Javier.
Yo sigo en la cama paralizada y roja como un tomate.
-Yo venia a coger una cosa-dice su padre.
-Pues cógelo-dice Javier.
Su padre se pone a buscar por los armarios. Se pasa más de cinco minutos buscando.
-Vaya, parece que no está aquí.-dice al fin.
-Vale-dice Javier secamente.
-Lo siento, adios chicos.Por cierto, Ainoa-me dice. Le miro- Te sangra el labio, parece que te has cortado.
Me quedo de piedra y me llevo la mano instintivamente al labio.
-Adios-dice Javier.
En cuanto se cierra la puerta y pasan unos segundos me desplomo en el suelo y me rio a carcajada limpia.
-¿Por qué te ries?-me pregunta Javier.
-No lo sé... yo creo...que por no llorar...-sigo con ese ataque de risa.
Al cabo de unos pocos minutos me levanto ya sin reirme.
-¿Tú has visto mi cara cuando de repente oigo que tu padre carraspea y que nos está mirando?¿Y cuando se va a ir y me dice te sangra el labio, parece que te has cortado?¡Dios, casi me da algo!-digo.
-Sí, pues ese era mi padre, el mío, imaginate.
-Sí, pero tu has sabido disimular.
Se rie.
-¿Entonces vamos al jacuzzi?-me pregunta acercándose a mi.
Me rio. Le vuelvo a besar y asiento. Vamos al jacuzzi y como estamos en bañador nos metemos directamente. El agua está caliente y las burbujas son muy relajantes. Nos sentamos los dos juntos. Me rodea con sus brazos y yo apoyo la cabeza en su pecho.
-Estoy agotada.-digo.
-No lo parecía hace quince minutos.-me dice aguantando la risa.
Le doy un golpe en el pecho.
-¡Eres idiota!-le digo.
-No creo que lo pensaras hace quince minutos.-me vuelve a decir con el mismo tono de antes.
Me separo de él y le miro a la cara. Se está mofando de mi.
-¡Eres idiota, enserio!-le digo dándole puñetazos en el pecho.
-¡Para!-me dice riendo.
-¡¿Por qué te ries de mi?!- le grito enfadada.
-Porque es facil burlarse de ti, te lo tomas todo en serio.-me dice.
-¡¿QUÉ?!-le grito.
Me levanto y salgo del jacuzzi.
-Ven aquí.-me dice.
-¡No quiero!
-¿Por qué gritas?
-¡Por qué me has cabreado!¡Eres idiota!
-Oh vamos, ¿ves como te tomas todo en serio?
-¡No me tomo todo en serio!
-Sí.
-No.
-Sí.
Me rio.  Se me queda mirando. Me rio más con su expresión.Me fulmina con la mirada.
-Vale, vale, lo siento, lo siento-digo con las manos en alto.
Sonrío.
-Eres imposible.-me dice.
-Lo sé.-sonrío más ampliamente.
Me vuelvo a meter en el jacuzzi. El cruza los brazos en el pecho y me mira enfadado. Me siento a su lado.
-Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo sientoo...-le pongo pucheros. Me sigue mirando enfadado.-Oh!Por favor! Perdoname, no podré vivir sin que me perdones, por favor, por favor, perdoname!-me rio.
El también se rie aunque intenta disimularlo.
-Lo he visto-le señalo con el dedo con una gran sonrisa.-Ya no puedes seguir fingiendo que estas enfadado.
Me vuelve a mirar serio.
-Por favor.-me pongo de rodillas y juntos las manos como si fuera a rezar y pongo pucheros.-Por favor, por favor, por favor...
-Vale, vale-se rie.-Tu cara de cordero degollado me ha convencido.
Me rio. Me vuelvo a sentar a su lado.Le miro con una sonrisa. Me besa.Correspondo su beso de buen agrado. Me pongo encima de él. Me besa por el cuello. Al cabo de medio minuto me doy cuenta de que me esta haciendo un chupetón. Me aparto de él riendo.
-¡¿Eres tonto?!¡No me hagas un chupetón!-salgo del jacuzzi mojada de pies a cabeza.
Me retiro el pelo y me miro el sitio donde me a hecho el chupetón en el espejo. Parece que tengo un moratón, solo que con puntitos rojos. Me coloco un poco el pelo. Vale, no se me ve mucho a no ser que te fijes directamente en el cuello.
-No se te nota mucho-me dice.
Me rio.
-Noooo, no se me nota tantoooo.-digo sarcástica.
-Es peor el mordisco que me has dado tú, yo no tengo pelo para taparme.
-Pobrecito, ¿que vas a decir cuando te pregunten tus padres?-pregunto.-Papi, papi, que antes, cuando nos has visto, pues Ainoa sin querer me ha dado un mordisco, y no, no estábamos a punto de meternos al jacuzzi,  creo que ya te imaginas que hacíamos, y el labio de Ainoa, la he mordido yo sin querer, porque me he puesto...-paro porque Javier ha salido del jacuzzi y va a por mi.
Salgo corriendo del baño, con él pisándome los talones. Como estamos mojados vamos dejando un camino de huellas y gotas.
Llego a la cama, me voy a girar para ver por donde va y entonces nuestros cuerpos se chocan y caemos a la cama. Ambos nos reimos. No se como, pero yo he acabado encima de él. Me aparto y me siento en la cama y me apoyo en todas las almohadas grandes y cómodas que hay en la parte del cabecero.
-Voy a abrir la terraza, para que se seque la moqueta, que la hemos calado.-me dice levantándose.
-Vale.-le digo.
Veo que va hacia la terraza. Los ojos se me quieren cerrar del cansancio, de no haber dormido apenas en todo el día.
-Son ya casi las cinco.-oigo que me dice desde la terraza.
-Humm...-murmuro.
Me pregunta algo, a lo que no contesto ya que se me han cerrado los ojos y me he dormido.
      ***
Me despierto y voy abriendo los ojos poco a poco. Noto que la habitación está más oscura, practicamente parece de noche, que cuando me dormí. Abro los ojos del todo. Las cortinas de la terraza están cerradas. Sigo en la habitación de Javier, en la cama de matrimonio blanca. Veo que hay luz en el baño. De él sale una silueta que identifico como Javier. Lleva puesto el bañador de antes y va sin camiseta. Se acerca a la cama, se sienta a mi lado.
-Buenos días, bella durmiente.-me da un beso.
-¿Qué hora es?-pregunto estirándome y bostezando.
-Las ocho y diez.
-¿Tan tarde?
-Sí, has dormido más de tres horas.
Se tumba a mi lado. Apoyo la cabeza en su torso desnudo.
-¿Tú no has dormido?
-He dormido dos horas más o menos, me he despertado hace un rato.
-Haberme despertado.
-No, me gusta verte dormir, hoy no has gritado pero si has susurrado cosas.
-¿ A sí?-no recuerdo lo que he soñado, pero siempre que sueño o grito o hablo.
-Sí.
-¿Y qué he dicho?
-Al principio no lo entendía, decias cosas muy rapido, pero he oido varias veces mi nombre, es lo único que entendía, lo decías más claramente.
Me río.
-Bueno, entonces si no he gritado, ha sido un sueño bueno.
-¿Si es una pesadilla gritas?
-Sí, pero si es un sueño normal solo hablo o susurro cosas.
-¿Siempre?
-Casi siempre.
Me acaricia el pelo.
-Se duerme muy bien en esta cama, contigo-añado
-Ni siquiera te has enterado de que he dormido contigo.
-Eso no quita que me guste dormir contigo.
-Puedes venir siempre que quieras.
-Lo tendré en cuenta.
Nos quedamos unos minutos en silencio. Él acariciendome el pelo y yo haciendo círculos con los dedos en su pecho.
-Creo que va siendo hora de prepararnos.-dice.-Son las ocho y media, y tendremos que bajar a cenar en media hora.
Suspiro.
-Vale...-me incorporo.
Nos levantamos de la cama. Me pongo la camiseta y los pantalones cortos. Me voy hacia la puerta. Él viene detrás de mi.
-Nos vemos en la cena-me susurra al oido.
-Vale.Te quiero.
-Yo también.
Compartimos un beso, rodeo su cuello con mis brazos. Se separa de mi.
-Nos vemos en un rato-.me dice.
Le fulmino con la mirada, y luego sonrío.
-Vale, adios.
Abro la puerta. Compartimos otro rápido beso y salgo. Cierra la puerta en cuanto voy hacia los ascensores. Voy a mi habitación y me preparo para la cena.

sábado, 4 de febrero de 2012

Capítulo 13: Sexto día. Mañana.

Durante el viaje en tren me acomodé en el pecho de Javier y me dormí, al igual que todos. Cuando llegamos al hotel todos fuimos a nuestras habitaciones a cambiarnos, ducharnos y despejarnos.
Cuando entramos en nuestra habitación estaban Diana y Teresa recién levantadas.
-Hola-saludó Teresa.-¿Que tal la acampada?
-¡Ainoaaaaaa!-chilló Teresa.
Puse cara de dolor mientras me ponía la mano en la frente. ¡Que horror! Me quité las gafas de sol. Intenté sonreir a pesar del horrible dolor de cabeza y del revuelto de tripa.
-¿Que pasa cariño?-la dije mientras la cogía en brazos.
-¿Que tal en paya?-me pregunta.
-Muy bien, nos hemos divertido mucho.
-Nosotas, ayer nos divetimos muchuu.-me cuenta.
-¿A sí?
Asiente con la cabeza.
-Montamos una casa con sábanas, como la que tu has dormido.
-¡Que guay!
-Buenos, veo que os lo habeis pasado genial, traéis muy buenas caras, como recién sacadas del videoclip de Thriller de Michael Jackson.
-Muy graciosa.-dice Cristina.-Yo me voy a duchar a ver si me despejo.
-Date prisa que después voy yo.-digo.
Dejo a Teresa en su cama para que se vista ya que ahora van a ir a desayunar. Mientras se preparan yo me dedico a buscar un Ibuprofeno para la cabeza y la tripa. No encuentro Ibuprofeno pero si Gelocatil, así
que me le tomo con un poco de agua.
Teresa y Diana se despiden y bajan a desayunar. Yo me dedico a ordenar las cosas de la acampada mientras que Cristina se ducha. Cuando termina me ducho yo. Después de intentar arreglarnos un poco la cara de muertas que tenemos bajamos a la piscina con las gafas de sol puestas.
Vemos que Daniel y Javier también están allí, tumbados en unas hamacas. Hay unas cuantas hamacas libres a su lado así que cogemos una para cada una. Ellos también llevan las gafas de sol. Nos damos cuenta por las muecas de sus caras que están dormidos.Cristina y yo nos echamos a reir. Cogemos una vaso de agua cada una y se los echamos en la cara. De repente de despiertan y se levantan de un salto. Nos echamos a reir sonoramente mientras ellos nos miran malhumorados.
-Idiotas-masculla Daniel.
-¿Has visto...el...salto...que han dado?-casi no podemos ni hablar de la risa.
-Sí...
Entonces nos cogen en brazos y corren a la piscina y nos tiran con ropa, gafas de sol y toalla(que nos a dado tiempo a dejar) incluida.
Cuando sacamos la cabeza todo la gente que hay en la piscina nos mira.
-¡¿Estais mal de la cabeza?!-grita Cristina.
Yo me rio. Miro la toalla empapada y la saco de la piscina. Me quito la ropa y las gafas y las dejo en la hamaca. Me tiro a la piscina y voy a por Javier. Cristina sigue gritando a Daniel ya que esos pantalones suyos destiñen o nosequé. Intento hacerle una aguadilla a Javier pero me coge por la cintura y me tira lejos de él. Vuelvo a ir hasta a él para intentar ahogarle otra vez pero me coge por las muñecas, se acerca a mi y me besa. Correspondo su beso de buen agrado y luego consigo librarme las muñecas y le consigo hacer la aguadilla. Voy a huir pero me coje del tobillo y me hunde con él. Le saco la lengua debajo del agua y subo a la superficie. Él sube conmigo y me dedica una de sus sonrisas radiantes. Le vuelvo a besar.
Luego nos salimos del agua y nos tumbamos los dos en una hamaca tras debatir si aguantará el peso de los dos. El se sienta con las piernas abiertas y yo delante de él y me apoyo en su pecho. Nos ponemos las gafas de sol.
-He visto tus ojeras, son peores que las mías.-le digo.
-Mentirosa, ahora que se te a ido el maquillaje he podido comprobar que no.-me dice.
-No se por qué se me habrá ido el maquillaje, yo no pensaba meterme en la piscina.
-Pobre, yo tampoco pensaba acabar mojado.
-Pobre, te has quedado dormido en una hamaca, que poco aguantas la fiesta.
-Habló la que las aguanta peor que yo.
-Já.Ahora solo me duele levemente la cabeza.
-Es lo que tienen los gelocatiles.
-Apuesto a que no te has tomado uno.
-Apuesta ganada, no lo necesito.
-Ya claro, evitaré gritarte.
-Me parece bien.
-Vale, pero no me grites tú tampoco.
-Acepto el trato.
Sonrío.
-Dime...¿cuánto dormiste ayer?-le pregunto.
-Menos de una hora.
-¿No te dormiste en el tren?
-No, pero vi como dormías tú.
-¿Interesante?
-No me interesó hasta que susurraste mi nombre.
Se me tensaron todos los músculos.
-¿A...sí?
-Sí.
-Casi siempre hablo en sueños.
-¿Y es bueno que hayas dicho mi nombre?
Sonrío relajada.
-Sí, claro que sí.
Me besa en la cabeza.
-Te quiero.-me susurra.
Vuelvo a sonreir.
Seguimos así tumbados en silencio. Oigo su corazón. Con ese ritmo lento y relajado, pero constante me sumo en un sueño.
Me despierto y estoy en una habitación parecida a la que estoy en el hotel solo que más grande. Hay una cama de matrimonio en medio y yo estoy en ella. Oigo sonidos en el baño y entonces aparece Javier.
-Ey!Hola.-le saludo con una gran sonrisa.
Me mira serio. Sus ojos son como un gran vacio. Me estremezco.
-Javier...-empiezo a decirle.
Él empieza a andar hacia el balcón que ahora está abierto. De pronto todo cambia. Antes mis ojos es todo piedra y arena y una gran brecha se abre donde antes estaba el balcón. Javier avanza hacia ella. Grito su nombre desesperada. Corro hacia el pero no avanzo. Luego todo vuelve a cambiar y ante mi hay una acantilado. Javier avanza hacia él. Vuelvo a intentar detenerle, pero mis esfuerzos son nulos. El paisaje vuelve a cambiar. Estamos en la cima de una volcán. Javier avanza hacia el cráter. Sigo gritando e intentando correr. Todo vuelve a cambiar y ante mi me encuentro mi cara. Javier avanza hacia ella. Suspiro de alivio, pero entonces mi cara se deforma y se convierte en la boca de una enorme serpiente con unos colmillos rebosantes de veneno y una enorme lengua bífida. Mi cara refleja horror y vuelvo a intentar detenerle hasta que todo vuelve a cambiar. Todo está negro. Javier está enfrente de mi, me sonríe. Yo le sonrío pero me mantengo cautelosa. Intento avanzar hacia el pero cuanto más intento avanzar más alejado está él. Entonces desaparece en ese abismo negro. Mi garganta suelta un grito desgarrados.
Entonces abro los ojos. Mi respiración es agitada y las sabanas de mi cama están mojadas de sudor. ¿Sabanas?¿Cama?¿Qué hago en mi habitación? Me froto los ojos. Me encuentro con la mirada de Javier. Parece...preocupado.
-¿Estas bien?-me pregunta.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
-Has gritado. Estaba asustado. Has empezado a gritar mi nombre desesperada y más cosas como "No, por favor", "No me dejes" y volvías a gritar mi nombre una y otra vez.
Las lágrimas amontonadas en mis ojos caen. Entierro la cabeza en su hombro.
-Tú...desaparecías...yo...-intenté calmarme para completar una frase al menos.-Por favor, prométeme que nos me vas a dejar, por favor.
-No te voy a dejar, te lo prometo. Te amo demasiado. No lo olvides.
-Vale...
-Te amo. Te amo. Te amo.
Me lo sigue repetiendo hasta que mi respiración se calma y mis ojos se quedan sin lágrimas.
Me doy cuenta de lo mucho que lo quiero. De lo mucho que le amo. Y me doy cuenta de lo mucho que él me ama a mi. 

sábado, 17 de diciembre de 2011

Capítulo 12: Quinto día. Noche.

Cuando llegamos a la pequeña cala donde se podía acampar montamos las tiendas. Buenos, las montaron los chicos mientras nosotras incordiabamos un poco intentando ayudar. Las tiendas eran bastante grandes y la temperatura era bastante cálida por lo que ibamos a dormir bien, si es que dormíamos, cosa que dudaba. Cuando terminamos de habilitar las tiendas eran las 10 y pico. Nos dimos un baño, menos Mercedes que pasaba de meterse a esaas hora en el agua.Casi a las doce nos salimos del agua, porque ya empezaba a refrescar. Hicimos una hoguera pequeña para secarnos y para alumbrar un poco. Nos sentamos alrededor. Cristina y Daniel juntos abrazados, al igual que Javier y yo. Pusimos música de ambiente y empezamos a comer las guarrerias que habíamos traido, esparciendo las bolsas abiertas por una esterilla que milagrosamente no estaba machada de arena. Nos comimos casi todas las bolsas ya que teníamos un hambre feroz. A la una y media o así empezamos a beber a la vez que empezabamos a poner canciones más bailables. Me eché en un mini mitad Brugal mitad Fanta de naranja. Cristina y yo empezamos a motivarnos cuando sonó la de Danza Kuduro y empezamos a bailar y cantar mientras bebíamos nuestros cubatas. Amanda, Mercedes y Eva no bailaban , solo tarareaban el estribillo de la canción y los chicos intentaban bailar un poco pero estabamos tan motivadas bailando entre nosotras que no les prestamos atención. Acabó la canción y hubo unos cinco segundos para que respiráramos para que luego empezara a sonar La Despedida de Dady Yankee. Esa canción era una de nuestras favoritas asique la cantamos a grito pelao mientras bailabamos como locas. Javier se acercó para bailar conmigo, yo me apreté contra el y bajabamos moviendo las caderas pegados al ritmo de la música, subimos y nos besamos. Fue un pico ya que luego di un largo trago a mi mini dejándolo a la mitad, por los tragos que ya había dado anteriormente. Sonaron también las canciones de Ayer la vi y Ella no sigue modas de Juan Magán que Cristina y yo bailamos y cantamos como si nos fuera la vida en ellos ya que amábamos esas canciones. Cuando todos nos terminamos nuestros minis decidimos jugar al Yo nunca y dejar la música y el baile para más tarde. Nos rellenamos otra vez nuestros minis. Yo otra vez de Brugal con Fanta de naranja. Las dos botellas de Brugal se acabaron ya que fue lo primero que todos bebimos, y la de Beefeater estaba casi a la mitad.
Nos pusimos todos en un corro para jugar al yo nunca, Cristina y yo ya íbamos mareadas y diciendo tonterias, ya que el alcohol se nos estaba subiendo.
-¡Esperad!-dije cuando ya estabamos sentados.-Necesito mear.
-Yo también.-dijo Cristina.
Todos asintieron poniendo los ojos en blanco,sobretodo Javier y Daniel.
Nos alejamos bastante y meamos en medio de la playa. Luego volvimos y nos sentamos al lado de nuestros novios.
-Ya estamos.-anuncié.
-Vale, empieza tú.-dijo Mercedes.
-Vale.-dije.-Yo nunca...he follado con nadie.
-Mercedes, Javier y Daniel bebieron de su mini.
-¡Vaya!-esclamamos Cristina y yo, seguidamente nos reimos como unas tontas.
-Te toca.-la dije a Mercedes.
-Yo nunca le he puesto los cuernos a mi novio.-dijo como orgullosa.
Eva, Amanda, Óscar , Cristina y Daniel bebieron.
-Te toca.-dijo Mercedes a Javier.
-Yo nunca me he emborrachado hasta el punto de no acordarme de nada el día siguiente.
Yo bebí un cuarto de mi mini, junto con Mercedes y Amanda.
Seguimos diciendo cosas y bebiendo hasta que se nos va acabando la bebida, por lo que nos lo volvemos a llenar. Daniel saca un paquete de tabaco y saca un cigarro para él, otro para Mercedes, otro para Eva y otro para mi hermana. Volvemos a poner la música y bailamos y cantamos. Mientras que los demás bailan Amanda y yo cogemos una botella de Vodka que está a la mitad. Como nos hemos terminado nuestro tercer mini y no encontramos las fantas ni la Coca-Colas decidimos tomarnos chupitos. Nos servimos el chupito en el tapón de la botella. Me tomo yo el primero. Frunzo el entrecejo y los labios.
-¡Sabe a colonia!-digo y me rio.
Amanda se sirve uno y hace lo mismo solo que sacude la cabeza.
-¡Es verdad!-esclama ella.
Nos bebemos otros tres más cada una hasta que le cogemos el gustillo y nos terminamos la botella a morro. Después volvemos con los demas dando tumbos. Bailamos juntas y hacemos el tonto.
-Estais borrachas.-dicen Javier, Daniel y Cristina mirándonos mientras damos tumbos a punto de caernos.
-No-decimos mientras negamos con la cabeza.-Vamos bien.
Nos reimos.
-No vais bien.-dice Javier serio.
-Que si, que si, mira.-digo yo.
Acto seguido nos ponemos las dos con la pierna izquierda levantada y la mano derecha con el dedo pulgar en la nariz y el meñique el la rodilla.En el mismo segundo en el que conseguimos hacerlo nos caemos hacia un lado la una encima de la otra. Nos reimos mientras nos intentamos levantar. Javier y Daniel nos ayudan a levantarnos. Me aferro a la camiseta de Javier para no caerme y Amanda a la de Daniel.Luego nos soltamos y nos cogemos de la mano.
-Que si que vamos bien, mirad otra vez.-decimos y antes de que puedan hacer nada hechamos a corer por la calita.
A los diez pasos de estar corriendo nos caemos sobre la arena y nos reimos. Javier, Daniel y Cristina vienen a por nosotras mientras que nos seguimos riendo. Javier y Cristina me levantan y prácticamente Javier me mantiene en pie cargando con mi peso ya que estoy tan mareada que no puedo dar pasos sin que me sujeten.
-Tengo pis.-digo.
-Yo la llevo.-dice mi hermana a la que se la han pasado los efectos del alcohol.
-Vale.-dice Javier algo mosqueado.
Nos alejamos de los demás.
-Javier está enfadado contigo.-dice mi hermana mientras me bajo los pantalones
-¿Por qué?.-pregunto.
-Porque estás borracha perdida idiota.
-Tu también estás enfadada.
-Pues sí, porque no te has controlado.
Me tiro como que medio minuto haciendo pis. Finalmente me subo la braga del bikini y los pantalones.
-Me voy a disculpar.-digo y echo a correr hacia donde están todos mientras Cristina grita mi nombre.
Llego a donde Javier tambaleandome y practicamente me tiro en sus brazos. Me sujeta a duras penas.
-Lo siento.-le digo con lágrimas en los ojos.-Lo siento, lo siento, lo siento...
-¿Qué pasa?.-pregunta.
-Lo siento mucho, enserio, no quiero que te enfades conmigo por favor.-la lágrimas salen de mis ojos y rompo en sollozos.
-Vale, no pasa nada, no estoy enfadado contigo.
-Si que lo estás...y lo siento...lo siento...
-No lo estoy, enserio.
Entonces me separo bruscamente de él para seguidamente vomitar. Me arrodillo en el suelo.
-¡Mierda!-exclama mi hermana.
Todos tienen expresiones de asco. Mi hermana me sujeta la frente y el pelo mientras que sigo vomitando. Cuando termino estoy pálida, sudorosa y me escuece la garganta. Javier y Cristina me levantan y entonces me doy cuenta de que estoy temblando de pies a cabeza. Me ponen dos sudaderas y me echan una manta por encima. Nos sentamos todos alrededor del fuego. Yo me pongo encima de Javier con la cabeza apollada en su pecho tiritando. Hablan durante una hora. A Amanda y a mi se nos pasan los efectos de alcohol. Son las cuatro de la madrugada. Deciden empezar a contar historias de miedo. Debido a las historias de miedo me aprieto mas contra Javier y el me envuelve con sus brazos. A las cinco y media de la mañana decidimos recoger un poco la basura y después nos metemos en nuestras tiendas. Javier y yo nos metemos en la nuestra de dos personas y los demás en las dos de cuatro.
Me acomodo en la tienda envuelta en el saco doble y en las mantas y apoyo la cabeza en el pecho de Javier.
-Gracias y lo siento.-le digo.
-No pasa nada, esas cosas pasan, quedas perdonada.
Vuelvo la cabeza. Nos besamos apasionadamente. Cuando nos separamos me vuelvo a acomodar en su pecho y me cubro lo que puedo con las mantas.
A las seis y media se levantan Óscar y Daniel y nos despiertan a gritos a los demás. Nos levantamos a duras penas y recogemos las cosas que nos quedan, desmontamos las tiendas, nos cambiamos y nos arreglamos. Hasta que Javier no grita a Daniel para que no haga nose qué con la tienda no me doy cuenta del horrible dolor de cabeza y de lo revuelto que está mi estómago. Todos nos ponemos nuestras gafas de sol. Cojo una bolsa de patatas fritas y una de revuelto y me las como enteras del hambre que tengo. Luego con todo recogido, vamos a la estación de trenes como si fueramos zombies.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Capitulo 11:Quinto día.Tarde.

-Vale, entonces ¿cuantas tiendas de campaña tienes?-pregunta Amanda.
-Tengo dos de cuatro y una de dos personas.-responde Javier.
-¡Me pido la de dos!-salto.
-Adjudicada.-dice Javier.-Pero solo si la compartes conmigo.
-Mmm...me lo pensaré-digo con una sonrisa pícara.
-Haber concentraos, tenemos que hablar de lo de esta noche.-dice Cristina.
Bueno, ahora estamos en donde hacen los espectaculos por la noche sentados en una mesa hablando de la acampada de hoy, para ver los juego artificiales. Javier tiene varias tiendas de campaña, y tenemos que ver como compramos la comida, al final no vamos a hacer barbacoa, y ver como vamos hasta allí y demás.
-Haber, hay suficientes tiendas ¿no?¿Cuantos vamos al final?-pregunto.
-Javier, Mercedes,Oscar, Eva, Daniel,Amanda, tú y yo.-enumera mi hermana.
-Pues genial. Llevamos las 3 tiendas para que no tengais que dormir apretujados en una de cuatro los seis,porque sinceramente, sería demasiado pequeña.
-Yo en una con Cristina.-dice Daniel.
Cristina sonríe.
-Sí claro no te jode, y los cuatro que sobran en una tienda ¿no?-protesta Mercedes.
-A mi me da igual, no me parece tan mal, parejitas con parejitas...-dice Amanda sonriendo.
-Bueno apañaos como podais.-digo.-¿Cómo hacemos lo de la comida?
-Podemos ir a comprarla luego, cuando habran.-dice Óscar.
-Es buena idea, vamos dentro de un rato compramos todas las guarradas que queramos y luego preparamos las cosas y vamos para allá.-digo.
-El problema es¿Cómo vamos?-dice Eva.
-Bueno...podrían llevarnos.-dice Daniel.
-Sería muy cutre-dice Mercedes
Siempre positiva.
-¿Entonces como lo hacemos?-pregunta Javier.
-¿Alguno de aquí conduce?-pregunta Mercedes.
-No-respondemos todos a coro.
-¿Se puede ir en tren?-pregunto
-Sí.-dice Javier.
-Pues ya está, vamos en tren.
-Vale, cogemos las billetes después de comprar la comida.-dice Daniel.
-¿A que hora?-pregunta Eva.
-Hay a las seis, a las ocho, a las diez, a las doce y asi sucesivamente.
-Cojemos el de las ocho.-dice Amanda.
-Si, mejor.-decimos todos.
-¿Se puede ir andando a la estación?-pregunta mi hermana.
-Claro.-responde Javier.
-Bien pues todo arreglado.-finaliza Mercedes.
-¿Cuánto vamos a poner cada uno?-pregunta Daniel.
-Diez euros.
-¡¿Diez euros?!-dice Mercedes.
-¿Hola?Claro, tamién vamos a comprar alcohol ¿no?-digo yo.
-Por supuesto-dice Cristina.
-Me parece bien.-corrobora Amanda.
Todos asienten.
-Bueno pues a las cuatro y media en la entrada del hotel.-digo.-Adios.
Todos nos despedimos y cada uno se va a su habitación.

Las 16:34.
-¡Oh, vamos!Hay que ser puntual.-exclamo.
Han pasado cinco minutos y Mercedes y Oscar no llegan.
-Dios que mujer...porque estoy segura que la culpa el de Mercedes-dice Amanda.
-Seguro que está en su habitación sentada esperando X minutos para desesperarnos.-dice Cristina.
Entonces llegan.
-¡Por fin!.-digo.-¿Vuestros diez euros?
Mercedes me da un billete de veinte y lo guardo junto con lo demás.
Vamos a un supermercado no muy lejos del hotel.
Cuando llegamos vamos directamente a la zona de las guarrerías. Cogemos cuatro bolsas de patatas, dos de gusanitos, otras dos de gusanitos rojos, dos de Doritos, dos de Fritos, dos de Gublins grandes, dos de pajitas, dos de risquetos, dos de pipas, dos de quicos, una de cacahuetes, dos de revuelto, una caja de tronquitos de fresa, otra caja de gominolas diversas, una bolsa de nubes para hacerlas quemándolas, cuatro Coca-Colas, cuatro Fantas de naranja, tres de limón, dos botellas de Brugal, dos de Vodka y una de Befeater.
Javier conoce a la dependienta que nos atiende, a si que no ha problema con el alcohol, y además nos deja la mitad de las bolsas gratis. Eso si que es suerte.
Metemos las botellas de alcohol y las que no tienen alcohol en mochilas que llevan los chicos, y las chuches las llevamos las chicas, que vamos cargadas con una bolsas en cada mano cada una. Lo llevamos al hotel, dejando las botellas de alcohol escondidas. Javier dice que luego cogerá varias neveras portátiles con hielos y demás para que las bebidas estén frías. Luego vamos andando hasta la estación de trenes que está a veinte minutos andando y cogemos ocho billetes para ir a esa cala que conoce Javier, más los de vuelta a las ocho de la mañana.¡A las ocho de la mañana!. En tren se tarda una hora y media o así, y la estación esta a unos diez minutos andando de la calita. Volvemos al hotel y quedamos a las siete y media en al entrada.
En una bolsa de la playa meto el pijama, ropa de cambio la cámara y lo necesario.
Me cambio y me pongo unos pantalones cortos vaqueros claros con rotos, una camiseta de colores ancha y mis converse All Star rosas. Avisamos a mis padres de que ya nos vamos, y que llegaremos mañana a las 10 de la mañana o así.
A las siete y media bajamos a la entrada del hotel. Cuando estamos todos vamos a la estación y cogemos el tren rumbo a la diversión. Va a ser un desmadre. Una noche inolvidable.