-Vale, entonces ¿cuantas tiendas de campaña tienes?-pregunta Amanda.
-Tengo dos de cuatro y una de dos personas.-responde Javier.
-¡Me pido la de dos!-salto.
-Adjudicada.-dice Javier.-Pero solo si la compartes conmigo.
-Mmm...me lo pensaré-digo con una sonrisa pícara.
-Haber concentraos, tenemos que hablar de lo de esta noche.-dice Cristina.
Bueno, ahora estamos en donde hacen los espectaculos por la noche sentados en una mesa hablando de la acampada de hoy, para ver los juego artificiales. Javier tiene varias tiendas de campaña, y tenemos que ver como compramos la comida, al final no vamos a hacer barbacoa, y ver como vamos hasta allí y demás.
-Haber, hay suficientes tiendas ¿no?¿Cuantos vamos al final?-pregunto.
-Javier, Mercedes,Oscar, Eva, Daniel,Amanda, tú y yo.-enumera mi hermana.
-Pues genial. Llevamos las 3 tiendas para que no tengais que dormir apretujados en una de cuatro los seis,porque sinceramente, sería demasiado pequeña.
-Yo en una con Cristina.-dice Daniel.
Cristina sonríe.
-Sí claro no te jode, y los cuatro que sobran en una tienda ¿no?-protesta Mercedes.
-A mi me da igual, no me parece tan mal, parejitas con parejitas...-dice Amanda sonriendo.
-Bueno apañaos como podais.-digo.-¿Cómo hacemos lo de la comida?
-Podemos ir a comprarla luego, cuando habran.-dice Óscar.
-Es buena idea, vamos dentro de un rato compramos todas las guarradas que queramos y luego preparamos las cosas y vamos para allá.-digo.
-El problema es¿Cómo vamos?-dice Eva.
-Bueno...podrían llevarnos.-dice Daniel.
-Sería muy cutre-dice Mercedes
Siempre positiva.
-¿Entonces como lo hacemos?-pregunta Javier.
-¿Alguno de aquí conduce?-pregunta Mercedes.
-No-respondemos todos a coro.
-¿Se puede ir en tren?-pregunto
-Sí.-dice Javier.
-Pues ya está, vamos en tren.
-Vale, cogemos las billetes después de comprar la comida.-dice Daniel.
-¿A que hora?-pregunta Eva.
-Hay a las seis, a las ocho, a las diez, a las doce y asi sucesivamente.
-Cojemos el de las ocho.-dice Amanda.
-Si, mejor.-decimos todos.
-¿Se puede ir andando a la estación?-pregunta mi hermana.
-Claro.-responde Javier.
-Bien pues todo arreglado.-finaliza Mercedes.
-¿Cuánto vamos a poner cada uno?-pregunta Daniel.
-Diez euros.
-¡¿Diez euros?!-dice Mercedes.
-¿Hola?Claro, tamién vamos a comprar alcohol ¿no?-digo yo.
-Por supuesto-dice Cristina.
-Me parece bien.-corrobora Amanda.
Todos asienten.
-Bueno pues a las cuatro y media en la entrada del hotel.-digo.-Adios.
Todos nos despedimos y cada uno se va a su habitación.
Las 16:34.
-¡Oh, vamos!Hay que ser puntual.-exclamo.
Han pasado cinco minutos y Mercedes y Oscar no llegan.
-Dios que mujer...porque estoy segura que la culpa el de Mercedes-dice Amanda.
-Seguro que está en su habitación sentada esperando X minutos para desesperarnos.-dice Cristina.
Entonces llegan.
-¡Por fin!.-digo.-¿Vuestros diez euros?
Mercedes me da un billete de veinte y lo guardo junto con lo demás.
Vamos a un supermercado no muy lejos del hotel.
Cuando llegamos vamos directamente a la zona de las guarrerías. Cogemos cuatro bolsas de patatas, dos de gusanitos, otras dos de gusanitos rojos, dos de Doritos, dos de Fritos, dos de Gublins grandes, dos de pajitas, dos de risquetos, dos de pipas, dos de quicos, una de cacahuetes, dos de revuelto, una caja de tronquitos de fresa, otra caja de gominolas diversas, una bolsa de nubes para hacerlas quemándolas, cuatro Coca-Colas, cuatro Fantas de naranja, tres de limón, dos botellas de Brugal, dos de Vodka y una de Befeater.
Javier conoce a la dependienta que nos atiende, a si que no ha problema con el alcohol, y además nos deja la mitad de las bolsas gratis. Eso si que es suerte.
Metemos las botellas de alcohol y las que no tienen alcohol en mochilas que llevan los chicos, y las chuches las llevamos las chicas, que vamos cargadas con una bolsas en cada mano cada una. Lo llevamos al hotel, dejando las botellas de alcohol escondidas. Javier dice que luego cogerá varias neveras portátiles con hielos y demás para que las bebidas estén frías. Luego vamos andando hasta la estación de trenes que está a veinte minutos andando y cogemos ocho billetes para ir a esa cala que conoce Javier, más los de vuelta a las ocho de la mañana.¡A las ocho de la mañana!. En tren se tarda una hora y media o así, y la estación esta a unos diez minutos andando de la calita. Volvemos al hotel y quedamos a las siete y media en al entrada.
En una bolsa de la playa meto el pijama, ropa de cambio la cámara y lo necesario.
Me cambio y me pongo unos pantalones cortos vaqueros claros con rotos, una camiseta de colores ancha y mis converse All Star rosas. Avisamos a mis padres de que ya nos vamos, y que llegaremos mañana a las 10 de la mañana o así.
A las siete y media bajamos a la entrada del hotel. Cuando estamos todos vamos a la estación y cogemos el tren rumbo a la diversión. Va a ser un desmadre. Una noche inolvidable.