Cuando llegamos a la pequeña cala donde se podía acampar montamos las tiendas. Buenos, las montaron los chicos mientras nosotras incordiabamos un poco intentando ayudar. Las tiendas eran bastante grandes y la temperatura era bastante cálida por lo que ibamos a dormir bien, si es que dormíamos, cosa que dudaba. Cuando terminamos de habilitar las tiendas eran las 10 y pico. Nos dimos un baño, menos Mercedes que pasaba de meterse a esaas hora en el agua.Casi a las doce nos salimos del agua, porque ya empezaba a refrescar. Hicimos una hoguera pequeña para secarnos y para alumbrar un poco. Nos sentamos alrededor. Cristina y Daniel juntos abrazados, al igual que Javier y yo. Pusimos música de ambiente y empezamos a comer las guarrerias que habíamos traido, esparciendo las bolsas abiertas por una esterilla que milagrosamente no estaba machada de arena. Nos comimos casi todas las bolsas ya que teníamos un hambre feroz. A la una y media o así empezamos a beber a la vez que empezabamos a poner canciones más bailables. Me eché en un mini mitad Brugal mitad Fanta de naranja. Cristina y yo empezamos a motivarnos cuando sonó la de Danza Kuduro y empezamos a bailar y cantar mientras bebíamos nuestros cubatas. Amanda, Mercedes y Eva no bailaban , solo tarareaban el estribillo de la canción y los chicos intentaban bailar un poco pero estabamos tan motivadas bailando entre nosotras que no les prestamos atención. Acabó la canción y hubo unos cinco segundos para que respiráramos para que luego empezara a sonar La Despedida de Dady Yankee. Esa canción era una de nuestras favoritas asique la cantamos a grito pelao mientras bailabamos como locas. Javier se acercó para bailar conmigo, yo me apreté contra el y bajabamos moviendo las caderas pegados al ritmo de la música, subimos y nos besamos. Fue un pico ya que luego di un largo trago a mi mini dejándolo a la mitad, por los tragos que ya había dado anteriormente. Sonaron también las canciones de Ayer la vi y Ella no sigue modas de Juan Magán que Cristina y yo bailamos y cantamos como si nos fuera la vida en ellos ya que amábamos esas canciones. Cuando todos nos terminamos nuestros minis decidimos jugar al Yo nunca y dejar la música y el baile para más tarde. Nos rellenamos otra vez nuestros minis. Yo otra vez de Brugal con Fanta de naranja. Las dos botellas de Brugal se acabaron ya que fue lo primero que todos bebimos, y la de Beefeater estaba casi a la mitad.
Nos pusimos todos en un corro para jugar al yo nunca, Cristina y yo ya íbamos mareadas y diciendo tonterias, ya que el alcohol se nos estaba subiendo.
-¡Esperad!-dije cuando ya estabamos sentados.-Necesito mear.
-Yo también.-dijo Cristina.
Todos asintieron poniendo los ojos en blanco,sobretodo Javier y Daniel.
Nos alejamos bastante y meamos en medio de la playa. Luego volvimos y nos sentamos al lado de nuestros novios.
-Ya estamos.-anuncié.
-Vale, empieza tú.-dijo Mercedes.
-Vale.-dije.-Yo nunca...he follado con nadie.
-Mercedes, Javier y Daniel bebieron de su mini.
-¡Vaya!-esclamamos Cristina y yo, seguidamente nos reimos como unas tontas.
-Te toca.-la dije a Mercedes.
-Yo nunca le he puesto los cuernos a mi novio.-dijo como orgullosa.
Eva, Amanda, Óscar , Cristina y Daniel bebieron.
-Te toca.-dijo Mercedes a Javier.
-Yo nunca me he emborrachado hasta el punto de no acordarme de nada el día siguiente.
Yo bebí un cuarto de mi mini, junto con Mercedes y Amanda.
Seguimos diciendo cosas y bebiendo hasta que se nos va acabando la bebida, por lo que nos lo volvemos a llenar. Daniel saca un paquete de tabaco y saca un cigarro para él, otro para Mercedes, otro para Eva y otro para mi hermana. Volvemos a poner la música y bailamos y cantamos. Mientras que los demás bailan Amanda y yo cogemos una botella de Vodka que está a la mitad. Como nos hemos terminado nuestro tercer mini y no encontramos las fantas ni la Coca-Colas decidimos tomarnos chupitos. Nos servimos el chupito en el tapón de la botella. Me tomo yo el primero. Frunzo el entrecejo y los labios.
-¡Sabe a colonia!-digo y me rio.
Amanda se sirve uno y hace lo mismo solo que sacude la cabeza.
-¡Es verdad!-esclama ella.
Nos bebemos otros tres más cada una hasta que le cogemos el gustillo y nos terminamos la botella a morro. Después volvemos con los demas dando tumbos. Bailamos juntas y hacemos el tonto.
-Estais borrachas.-dicen Javier, Daniel y Cristina mirándonos mientras damos tumbos a punto de caernos.
-No-decimos mientras negamos con la cabeza.-Vamos bien.
Nos reimos.
-No vais bien.-dice Javier serio.
-Que si, que si, mira.-digo yo.
Acto seguido nos ponemos las dos con la pierna izquierda levantada y la mano derecha con el dedo pulgar en la nariz y el meñique el la rodilla.En el mismo segundo en el que conseguimos hacerlo nos caemos hacia un lado la una encima de la otra. Nos reimos mientras nos intentamos levantar. Javier y Daniel nos ayudan a levantarnos. Me aferro a la camiseta de Javier para no caerme y Amanda a la de Daniel.Luego nos soltamos y nos cogemos de la mano.
-Que si que vamos bien, mirad otra vez.-decimos y antes de que puedan hacer nada hechamos a corer por la calita.
A los diez pasos de estar corriendo nos caemos sobre la arena y nos reimos. Javier, Daniel y Cristina vienen a por nosotras mientras que nos seguimos riendo. Javier y Cristina me levantan y prácticamente Javier me mantiene en pie cargando con mi peso ya que estoy tan mareada que no puedo dar pasos sin que me sujeten.
-Tengo pis.-digo.
-Yo la llevo.-dice mi hermana a la que se la han pasado los efectos del alcohol.
-Vale.-dice Javier algo mosqueado.
Nos alejamos de los demás.
-Javier está enfadado contigo.-dice mi hermana mientras me bajo los pantalones
-¿Por qué?.-pregunto.
-Porque estás borracha perdida idiota.
-Tu también estás enfadada.
-Pues sí, porque no te has controlado.
Me tiro como que medio minuto haciendo pis. Finalmente me subo la braga del bikini y los pantalones.
-Me voy a disculpar.-digo y echo a correr hacia donde están todos mientras Cristina grita mi nombre.
Llego a donde Javier tambaleandome y practicamente me tiro en sus brazos. Me sujeta a duras penas.
-Lo siento.-le digo con lágrimas en los ojos.-Lo siento, lo siento, lo siento...
-¿Qué pasa?.-pregunta.
-Lo siento mucho, enserio, no quiero que te enfades conmigo por favor.-la lágrimas salen de mis ojos y rompo en sollozos.
-Vale, no pasa nada, no estoy enfadado contigo.
-Si que lo estás...y lo siento...lo siento...
-No lo estoy, enserio.
Entonces me separo bruscamente de él para seguidamente vomitar. Me arrodillo en el suelo.
-¡Mierda!-exclama mi hermana.
Todos tienen expresiones de asco. Mi hermana me sujeta la frente y el pelo mientras que sigo vomitando. Cuando termino estoy pálida, sudorosa y me escuece la garganta. Javier y Cristina me levantan y entonces me doy cuenta de que estoy temblando de pies a cabeza. Me ponen dos sudaderas y me echan una manta por encima. Nos sentamos todos alrededor del fuego. Yo me pongo encima de Javier con la cabeza apollada en su pecho tiritando. Hablan durante una hora. A Amanda y a mi se nos pasan los efectos de alcohol. Son las cuatro de la madrugada. Deciden empezar a contar historias de miedo. Debido a las historias de miedo me aprieto mas contra Javier y el me envuelve con sus brazos. A las cinco y media de la mañana decidimos recoger un poco la basura y después nos metemos en nuestras tiendas. Javier y yo nos metemos en la nuestra de dos personas y los demás en las dos de cuatro.
Me acomodo en la tienda envuelta en el saco doble y en las mantas y apoyo la cabeza en el pecho de Javier.
-Gracias y lo siento.-le digo.
-No pasa nada, esas cosas pasan, quedas perdonada.
Vuelvo la cabeza. Nos besamos apasionadamente. Cuando nos separamos me vuelvo a acomodar en su pecho y me cubro lo que puedo con las mantas.
A las seis y media se levantan Óscar y Daniel y nos despiertan a gritos a los demás. Nos levantamos a duras penas y recogemos las cosas que nos quedan, desmontamos las tiendas, nos cambiamos y nos arreglamos. Hasta que Javier no grita a Daniel para que no haga nose qué con la tienda no me doy cuenta del horrible dolor de cabeza y de lo revuelto que está mi estómago. Todos nos ponemos nuestras gafas de sol. Cojo una bolsa de patatas fritas y una de revuelto y me las como enteras del hambre que tengo. Luego con todo recogido, vamos a la estación de trenes como si fueramos zombies.